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Hombre de Palo

El hombre de palo fue un artificio sobre el que existen dudas sobre su naturaleza y función, pero la leyenda más extendida en la ciudad de Toledo afirma que consistía en un aparato antropomórfico de madera, construido con el fin de recolectar limosnas, y con capacidad para mover piernas y brazos.

Para el cronista Horozco, se trataba de un autómata de madera colocado en este lugar para celebrar la fugaz vuelta de Inglaterra al catolicismo:

"Hombre de palo armado con vn escudo en el lado izquierdo y en el braÇo derecho vna talega, hincado en vn madero, y andábase alrrededor y en tocando en el escvdo volbía y dava con la talega de arena a quien pasaba y le dava"

Por asociación de ideas, se adjudicó al Giovanni Torriani (*Cremona, Milanesado, 1500 - †Toledo, España, 1585), más conocido como Juanelo Turriano, inventor, arquitecto y Relojero Real de Carlos I; la autoría de lo que hoy llamaríamos un robot, con la misión de recorrer diariamente las calles recabando limosnas en vistas de que, como no le pagaban lo suyo, andaba en la más negra miseria. Cuando los maravedíes llegaban al fondo de la hucha, el muñeco hacía más reverencias que un japonés, señal de que, al menos, Toledo tenía mala conciencia de su ignominioso comportamiento con el genio de Cremona, comparado por algunos con el mismo Leonardo da Vinci.

Otros cronistas, más conservadores y menos imaginativos, como Moraleda y Ramírez de Arellano, aclaran que se trataba en realidad de un muñeco de madera, estático por supuesto, colocado en un lugar de los más frecuentados de la ciudad, como era y sigue siendo éste, y provisto de una hucha o alcancía destinada a recoger las limosnas del personal para la construcción del cercano hospital, posteriormente conocido como del Nuncio Viejo. Tan benemérito nuncio se llamaba Ortiz y puede que no fuese ajeno a este invento. Debía de ser algo muy parecido a tantos muñecos actuales de cartón piedra, plástico o lo que sea, colocados en las puertas de grandes almacenes, laboratorios fotográficos, parroquias y otra suerte de establecimientos, provistos también de la correspondiente hucha o buzón donde recoger óbolos con fines caritativos, carretes fotográficos o cartas a los Reyes Magos. La gracia del que nos ocupa reside en su precocidad. No es de descartar que tal muñeco de palo siguiese desempeñando su función mendicante hasta que el citado hospital fue trasladado por el cardenal Lorenzana, a finales del siglo XVIII, a un nuevo emplazamiento.

No hay muchos documentos históricos acerca de la naturaleza del autómata, ya que fue quemado cuando aún Turriano estaba con vida, pero ha quedado constancia del punto donde se localizaba: la antigua calle de las Asaderías de Toledo, actualmente denominada "Calle del Hombre de Palo".

Fuentes[]

http://es.wikipedia.org/wiki/Hombre_de_palo

http://www.leyendasdetoledo.com/index.php/leyendas-iii/24-hombre-de-palo.html

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