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Detail of Xie Wenli's painting of Xi Wangmu

Xi Wangmu (Wade-Giles: Hsi Wang-Mu; Chino: 西王母) es la "Reina Madre del Oeste" en la val mitología china. Sus leyendas más antiguas parecen provenir de las dinastías Zhou o Han, y su historia y atributos sufrieron grandes cambios conforme se convirtió en una figura taoista más importante.[1] Es la líder de las diosas del panteón taoista y la dueña de los melocotones divinos que otorgan la inmortalidad. Al menos durante la dinastía Ming es referida como Wangmu Niangniang (Wangmu significa "reina madre" y niangniang es un título respetuoso para una diosa).[2]

La antigua diosa comenzó como una diosa de las plagas,[1] la calamidad y el castigo.[2] En las leyendas mitológicas antiguas, Xi Wangmu era representada como un monstruo con la cabeza y cara de un ser humano, dientes de tigre y cola de leopardo. Gobernaba sobre los demonios de la plaga y la enfermedad.[1]

Durante el primer siglo de nuestra era, el monstruo se convirtió en una mujer noble benevolente que ayudaba a los humanos a convertirse en inmortales. En el mito taoista tardío, juega un papel importante en las leyendas sobre los Ba Xian u Ocho Inmortales, ayudándoles a aprender los secretos de la inmortalidad e invitándoles a comer los melocotones de la inmortalidad del huerto de su jardín. También es una figura importante en la historia de Yi y su esposa, Chang'e, a quien le da el elixir de la vida eterna.[1]

Algunas leyendas posteriores dicen que es la esposa de Dong Wanggong, el "Señor Real del Este", quien dirige a los inmortales taoistas. La pareja real tiene 9 hijos y 24 hijas y viven en Kun-Lun, en un palacio con edificios hechos de marmol y jaspe. Una torre de jade de nueve pisos ascendía al cielo, sobre arroyos espumosos y bellos jardines donde crecían melocotoneros mágicos. Se decía que la fruta de estos árboles crecía y se pudría solo una vez cada 3000 años. Comerla convertía a una persona en inmortal. Conforme sus mitos se hicieron más populares, se fue convirtiendo en la esposa del emperador de jade, Yu Huang, dios supremo de la época en el panteón de deidades.[1]

Se dice que varios emperadores la visitaron en su palacio de la montaña para legitimar su derecho a gobernar. Los filósofos taoistas la consideraban yin, el elemento femenino del yin y el yang de la armonía. Algunos mitólogos la relacionan con la deidad mencionada como "Madre Oeste" en los huesos oraculares de la dinastía Shang.[1]

Mito[]

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Representación Han occidental de Xi Wangmu en terracota.

El mito de Xi Wangmu aparece en el Shanhaijing, que muestra a Xi Wangmu como un espíritu salvaje y terrible de género incierto. Muchos estudiosos chinos mantienen que la imagen de Xi Wangmu en el Shanhaijing ilustra que poseía rasgos tanto masculinos como femeninos. Un relato (capítulo 2) la describe como deidad del desastre, enfermedad y castigo. Habitaba la montaña de jade, que está muy cerca de la montaña Kunlun, la residencia terrenal de la Divinidad Suprema y el paraíso de deidades e inmortales. Parecía humana pero tenía cola de pantera y dientes de tigre. Era buena rugiendo y vestía un sheng de jade en la cabeza. Muchos estudiosos chinos lo interpretan como un adorno del pelo, pero algunos discuten que llevar un sheng significa "cortarse la piel de animal y vestirla". También puede interpretarse como una parte especial de un telar, lo que ilustra su conexión original con la sericultura.[2]

En otro texto del Shanhaijing (capítulo 12), Xi Wangmu se apoya en una pequeña mesa, vistiendo el sheng de jade en su cabeza. Al sur de ella, tres aves verdes le traían comida (en algunas versiones, era un cuervo de tres patas). Todos se situaban al norte de la montaña Kunlun. Otro texto del mismo libro (capítulo 16) afirma que la montaña Kunlun se situaba al sur del mar occidental, en la costa del Liusha, detrás del río Rojo y frente al río Negro. El río Débil (que tenía tan pocas fuerzas que en sus aguas no flotaba ni una pluma) circulaba en el fondo de la montaña, la rodeaba una montaña ardiente. La montaña era habitada por un espíritu con cabeza humana, cuerpo de tigre y cola blanca moteada. Allí habitaba Xi Wangmu en una cueva. Llevaba el sheng y tenía dientes de tigre y cola de pantera. Desde la época de los Estados Combatientes hasta la dinastía Han, la imagen de Xi Wangmu cambió enormemente desde una deidad monstruosa a una reina cultivada. En un libro llamado Mutianzizhuan (Una biografía del emperador Mu, tradicionalmente atribuida al periodo de la dinastía Zhou occidental o Estados Combatientes), Xi Wangmu era una educada princesa cuando acogió al emperador Mu de Zhou en un banquete. No solo improvisaba poemas, sino que cantaba con elegancia, aunque, según sus propios poemas, aún vivía con animales y aves salvajes. Además en este periodo aumentaron rápidamente sus funciones. Se creía que controlaba varios aspectos de la vida diaria como la riqueza, salud, fertilidad y calamidad, y se la describe más poderosa y omnipresente que su descripción en el Shanhaijing. Fue popularmente conocida como la guardiana del elixir de la inmortalidad, que mantenía la vitalidad y evitaba la muerte. Un mito famoso sobre el elixir es la historia de Yi y Chang'e. En el libro de comienzos del periodo Han, Huainanzi, se dice que el héroe Yi le pidió a Xi Wangmu el elixir, y se lo dio. Pero su esposa se lo robó y huyó a la Luna, donde se convirtió en el espíritu de esta.[2]

En la dinastía Han, Xi Wangmu es popularmente representada como esposa de Dongwanggong, Rey Padre del Este. Hay unas pocas historias sobre él en documentos antiguos. Según un texto del Shenyijing (El cáslico de espíritus y cosas extrañas, supuestamente de un escritor Han, Dongfang Shuo, 154-93 a.C., pero al parecer, compilado por un autor anónimo), había un pilar de bronce en la montaña Kunlun. Era tan grande y alto que alcanzaba el cielo. De hecho, era el pilar del cielo. Sobre él había un gran ave llamada Xiyou (literalmente, "raro, poco común"). Con su ala izquierda cubría a Dongwanggong, con la derecha, a Xi Wangmu. Cuando Xi Wangmu conoció a Dongwanggong, tuvo que subir sobre su ala. En otro relato, Dongwanggong vivía en una gran casa de piedra en la montaña Salvaje Oriental. Medía 3 metros de alto y su pelo era blanco como la nieve. Parecía un hombre pero con la cara de un ave y la cola de un tigre. Montaba un oso negro y jugaba a lanzar fichas en un bote con una doncella de jade. Cuando acertaba a meterlas, el cielo suspiraba, y cuando fallaba, se reía.[2]

XiwangmuVietnam

Retrato vietnamita

En inscripciones de espejos de bronce de esta época, los nombres de Xi Wangmu y Donwanggong solían aparecer juntos. En la mayoría de los casos, se les describes como ancianos inmortales que controlaban el secreto de la inmortalidad. Aunque la gente seguía rezándoles por salud, seguridad, honor y niños. En piedras funerarias y bajorrelieves en ladrillos encontrados en Henan, Shaanxi, Hebei, Jiangsu, Shandong, Hunán, Zhejiang, Sichuan y otras provincias, Xi Wangmu aparece a veces sola, y a veces acompañada por Dongwanggong. Normalmente se le muestra como una diosa respetable, sentándose en una nube o asiento hecho de un dragón y un tigre. A veces está rodeada por un conejo de jade, una rana, aves, o a veces un cuervo de tres patas, un ciervo, un dragón, un zorro de nueve colas o siervos inmortales con alas. El conejo, y a veces los siervos inmortales, normalmente están haciendo el elixir en el mortero frente a Xi Wangmu y Dongwanggong.[2]

Durante las dinastías Wei y Jin, con el florecimiento del taoismo, Xi Wangmu se convirtió en la líder de los inmortales femeninos. También es ampliamente conocida como la dueña del paraguayo divino, una fruta que tenía el poder mágico de proporcionar longevidad. En un libro escrito en este periodo, Hanwudi Neizhuan, o La biografía del emperador Wu de Han, XI Wangmu es mostrada como una mujer inmortal bella y agraciada vestida al estilo taoista. Le acompañan miles de inmortales, e incluso tiene dos criadas que le sirven extremadamente bellas. Dio cuatro paraguayos al emperador (Que reinó de 156 a 87 a.C.). Dado que sabían tan bien, el emperador mantuvo los huesos, esperando plantarlos cuando volviera a la tierra central. Pero Xi Wangmu le contó que este tipo de planta necesita ser cuidada durante 3000 años antes de proporcionar frutos maduros. El emperador se sintió decepcionado y se rindió. En otros libros taoistas de este periodo, Xi Wangmu tiene un origen más honorable y se convirtió en la hija del mayor dios del taoismo, Yuanshi Tianzun.[2]

Tras las dinastías Tang y Song, era la esposa de Yu Di, el emperador de jade, el mayor gobernante del cielo y de los dioses. Una de sus hijas era la famosa dama tejedora. En las leyendas se dice que desciende en secreto a la tierra y se casa con un vaquero. Ella estaba muy molesta por lo que se quitó una horquilla y trazó una línea en el aire. La línea se convirtió en la Vía Láctea que dividió a los amantes en ambos lados de la costa. Desde entonces, cada 7 de julio lunar, los amantes tenían permitido encontrarse. Las urracas volarían para hacer un puente para ellos. En la famosa novela Xiyouji (Viaje al Oeste, escrito por Wu Cheng'en, ca. 1500-1582), que encontró muchas de sus fuentes en la tradición popular, Xi Wangmu es referida como Wangmu Niangniang, la portadora de melocotones que daban la inmortalidad a quien los comiera. A veces invitaba a inmortales y dioses al banquete de paraguayos. Los usados en el banquete se clasificaban en tres tipos: el primero maduraba cada 3000 años y podía dar salud a cualquier persona que se los comiera; el segundo maduraba cada 6000 años y podía dar una larga vida a quien lo comiera; el tercero solo maduraba cada 9000 años y podía darle a quien lo comiera una vida tan larga como el cielo y la tierra. EN la novela, el Rey Mono comió muchos de los mejores melocotones y molestó en el banquete porque no le invitaron. Hoy, la salvaje y fiera Xi Wangmu es difícil de encontrar en la mitología china. Comparada con Nüwa, Fuxi, Pangu y otros dioses antiguos, los mitos modernos de Wangmu Niangniang son parcos en detalles. Wangmu Niangniang suele aparecer en las historias como personaje menor, adivina, consejera, ayudante, interventora, etc. Quizás es porque sus comportamientos mitológicos originales son poco relevantes en comparación con las acciones de otros.[2]

Un mito recolectado en la década de 1980 en el condado de Gao, distrito Yibin, provincia de Sichuan, muestra a Wangmu Niangniang como consorte de YU Di y madre del Sol y la Luna. En el comienzo, el Sol y la Luna trabajaban juntos, uno brillando en el este y el oeste mientras el otro brillaba en el norte y el sur. Luego, por el acoso sexual del Sol a su hermana la Luna, ella se enfrentó a él frente a Yu Di. Su padre estaba tan enfadado que decidió matar a su hijo, pero en este momento llegó Wangmu. Lloró y sugirió que no lo hiciera. Yu Di aceptó la idea de un dios menor y los separó. Desde entonces, el Sol trabajó durante el día y la Luna solo salió por la noche.[2]

Ocasionalmente, Wangmu Niangniang tiene un papel crucial en este mito. En un mito recolectado en 1986 en un pueblo del condado Zhongning, provincia Ningxia, noroeste de China, le atribuye la contribución de reparar el cielo roto y la tierra a Wangmu Niangniang y Lishan Laomu (a veces identificada como Nüwa). Sostiene que Wangmu Niangniang era la hermana pequeña de Lishan Laomu. Ambos eran buenas ayudantes de su hermano mayor Fuxi. Un año, Gonggong luchó contra Zhurong y destruyó el pilar celeste del monte Buzhou. El cielo se inclinó al noroeste, la tierra se dañó en el sureste, y se inundó todo. Ambas hermanas sintieron simpatía por los humanos y decidieron reparar el cielo y tierra dañados. Reunieron y fundieron piedras de cinco colores para arreglar el cielo en el monte Li (ahora en la provincia Shaanxi). La hoguera que hicieron fue absorbida por el Sol. Así podría iluminar al mundo de nuevo con su luz. El fuego también fundió el hielo de la tierra, por lo que se convirtió en una cálida primavera. Las hermanas cooperaron para conseguir este enorme proyecto. Wangmu Niangniang se encargó del fuego mientras que Lishan Laomu amasó la masa de piedra e hizo numerosas tartas de piedra. Entonces las puso en el cielo roto. Wangmu Niangniang usó entonces las cenizas para llenar las imperfecciones de la tierra. Tras su duro trabajo, el mundo estaba restaurado. Cuando murieron, la gente construyó un templo en el monte Li para conmemorar su tremendo logro.[2]

Culto[]

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Estatua en el santuario Kwun Yam

Xi Wangmu o Wangmu Niangniang han tenido un importante rol en las creencias populares. En el 3 a.C., por ejemplo, bajo trastornos sociales de final de la era Han occidental, mucha gente comenzó a adorar a Xi Wangmu. Cantaban y bailaban para aplacar a la diosa. Creyendo que la diosa vendría pronto al mundo y solo aquellos que tuvieran su favor podrían vivir, muchedumbres de gente asustada viajó por el país y se pasaron las fichas (una pieza de paja o cáñamo seco). El movimiento duró varios meses y se expandió a 26 prefecturas y sorprendió a la capital. Wang Zijin, un historiador chino modenro, discute que el movimiento ilustra una fuerte creencia popular en la gente de Han hacia el poder de Xi Wangmu para controlar la logevidad y el profundo miedo de su origen occidental. En la China contemporanea, Wangmu Niangniang es mucho más popular que Nüwa, Fuxi y Pangu en la religión popular. Se pueden encontrar templos en todas las zonas pobladas por el pueblo Han. En el condado Jingchuan, provincia Gansu, hay un palacio Wangmu. La historia del edificio puede datarse hace 1000 años, aunque la estructura actual se reconstruyó parcialmente en 1992. Ahora los dioses adorados en el complejo de templos incluyen a Wangmu Niangniang, Dongwanggong, los Tres Soberanos Divinos, los Cinco Emperadores Augustos y el emperador Mu de Zhou y Emperador Wu de Han. Cada 3 de marzo lunar y 18 de julio, los residentes de ciudades locales se unen a los de ciudades lejanas como Lanzhou, Yinchuan, Xianyiang, Xi'an e incluso Taiwán en el palacio para adorar a Wangmu Niangniang, Dongwanggong y otros dioses (Según un informe basados en estudios de campo en 1999 y 2001, los peregrinos comunes no conocen el nombre "Xi Wangmu"). Rezan para recibir lluvias durante la sequía, para librarse de las langostas en los cultivos, para encontrar una esposa, conseguir un hijo (Especialmente un niño), recuperarse de una enfermedad y para recibir una larga vida, así como suerte para entrar en la universidad, ser rico, encontrar un trabajo o recuperar el perdido...Muchos peregrinos creen que Wangmu Niangniang es tan poderosa que puede proteger la tierra de los peregrinos de langostas cuando una tierra adyacente está llena de ellas.[2]

En la montaña Tai en la provincia Shandong, puede encontrarse un complejo de templos llamados Piscina Wangmu. La mayoría se construyó durante la dinastía Qing. Cada 3 de marzo lunar, se celebra un Festival Paraguayo para celebrar su cumpleaños. Los peregrinos a veces intentan lanzar monedas al fondo del centro de la piscina, creyendo que tendrán la bendición si lo consiguen. Algunos prefieren llevarse a casa agua de manantial, creyendo que el agua divina los puede mantener sanos. Según un informe basados en trabajos de campo en 2000 y 2001, los sacrificios que los peregrinos le ofrecen a la diosa incluyen vino, cigarrillos, RMB de imitación (renminbi, dinero chino), normalmente con un valor de "10000 millones" e incluso imitaciones de dólares americanos.[2]

Referencias[]

  1. 1,0 1,1 1,2 1,3 1,4 1,5 Roberts, Jeremy (2004). Infobase Publishing (ed.). Chinese Mythology A to Z, pp. 120. ISBN 0-8160-4870-3.
  2. 2,00 2,01 2,02 2,03 2,04 2,05 2,06 2,07 2,08 2,09 2,10 2,11 Yang, Lihui; An, Deming (2005). ABC-Clio (ed.). Handbook of Chinese Mythology, pp. 218-224. ISBN 1-57607-807-8.
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